Strada Miel se enorgullece de una rica herencia que comenzó en 1956, cuando fué fundada por Don Marino Estrada Landa en Iguala, Guerrero, México. Don Marino no solo fué un visionario en el ámbito de la apicultura en nuestro país, sino también un pionero que, con su dedicación y amor por las abejas, sentó las bases para lo que hoy es una de las empresas más emblemáticas y respetadas en la producción de miel.

Sin embargo, la historia de Strada Miel no estaría completa sin reconocer la invaluable contribución de Doña Elena Figueroa, su esposa, quien trabajó incansablemente al lado de Don Marino promoviendo los inmensos beneficios para la salud de la miel. Doña Elena, con su pasión y compromiso, fué fundamental en la difusión de la importancia de la apicultura y los productos derivados de la miel, compartiendo con la comunidad los secretos y las virtudes de este oro líquido hasta el final de sus días. Juntos, Don Marino y Doña Elena formaron un equipo indomable, cuya labor conjunta no solo enriqueció la industria apícola sino que también educó a generaciones sobre el valor nutritivo y terapéutico de la miel.